George Steer, con sus crónicas sobre los bombardeos en Guernica, que inspiraron a Pablo Picasso para pintar su famoso cuadro, ya mostraron el poder y la importancia que la prensa tiene a la hora de cubrir conflictos armados, una situación que tristemente vuelve a quedar de manifiesto en la actualidad con el enfrentamiento entre Israel y Hamás, una guerra que ha costado ya la vida de casi medio centenar de periodistas que se han desplazado hasta el terreno para dar cuenta de lo que está sucediendo. Una situación que las distintas asociaciones profesionales vienen denunciando desde hace tiempo y que ayer tomó forma en la concentración en diversos puntos de Andalucía, incluida Granada, en repulsa a los asesinatos a periodistas.
La Placeta de los Peregrinos, en Calle San Matías, fue el punto de reunión de varias asociaciones profesionales de Granada, incluida la Asociación de periodistas de Granada, para denunciar esta situación. Junto a la APG también estuvo presente el Sindicato de Periodistas de Andalucía, Comunicadoras de Granada y el Colegio de Periodistas, que leyeron un manifiesto conjunto en el que pidieron el alto el fuego inmediato, la entrada de periodistas extranjeros en la franja de Gaza para informar sobre lo que está ocurriendo y, por supuesto, el respeto y la protección a la profesión periodística.
A modo de ejemplo de lo que está sucediendo en Gaza, los convocante mencionaron a Salman Al Bashir, periodista de Palestine TV, que se derrumbó en una conexión en directo al conocer la muerte de su compañero Mohamed Abu Hattab, junto a toda su familia, en un bombardeo israelí. Salman decía: “La única diferencia entre nosotros es la hora de la muerte: nos asesinan uno tras otro. Y a nadie le importa la tragedia y los crímenes que estamos soportando en Gaza”. Mohamed estaba trabajando aquí hace media hora, y ahora está muerto con su familia en ese mismo hospital”.
El secretario general de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), Anthony Bellanger, declaró hace unos días: “Esta situación ha conmocionado profundamente a periodistas en todo el mundo. Nadie puede contemplar el recuento de colegas asesinados sin sentir un creciente horror. Esto es sencillamente inaceptable, y el gobierno israelí tendrá que asumir
sus responsabilidades”.