La opinión de Miguel Allende

Mercado laboral al alza

La evolución del mercado laboral en España tiene una cita importante en el cierre de cada ejercicio. En las últimas fechas del pasado mes de enero, el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo balance de lo ocurrido a través de la Encuesta de Población Activa, la archiconocida EPA. De este modo, y en base a datos oficiales, hemos sabido que en el caso concreto de la provincia de Granada se ha batido un récord histórico al computar a 31 de diciembre de 2022 un total de 356.500 trabajadores en activo, lo que equivale a 1.100 más que en idéntica fecha de un año antes. Una cifra esta última modesta, ciertamente, pero que al menos refleja la resistencia del tejido productivo provincial a la pérdida de efectivos, aún más destacable en un marco temporal en el que las incertidumbres macroeconómicas han pesado mucho en el devenir de ese ejercicio. Me refiero, como ya comprenderán, a las consecuencias de la invasión de Ucrania, a una inflación desbocada, al aumento de los tipos de interés y a un mercado energético que ha puesto en jaque a cientos de pequeñas y medianas en empresas de toda la geografía granadina. Granada, sus empresas y cuantas administraciones generan empleo público, ha plantado cara a una situación que en la materia de la que hablamos, ha presentado peores datos en el conjunto del país, con una pérdida de 81.900 ocupados, el peor dato registrado desde 2013. Dicho de otro modo, vamos a contracorriente pero en este caso -y es una excepción- con el viento a favor de las velas de nuestra nave.

Si echamos la mirada al otro gran apartado que refleja la EPA mencionada, que es el del desempleo, la situación es igualmente favorable a los intereses económicos de la provincia granadina. El pasado año terminó con 87.200 parados, lo que supone una caída del 4% con respecto al cierre del ejercicio de 2021 y 3.600 personas que abandonaron la situación de brazos cruzados en la que vivían. En consonancia con lo anterior, la tasa de paro provincial cayó al 19,65%, lo que supone un descenso de 2,90 puntos porcentuales. Al escrutar las tablas del INE, vemos que este último dato es es el más favorable desde 2020. Pero, ojo, este descenso no puede ocultar que a Granada le separa una brecha más que considerable en este indicador con respecto a la media del país, de nada menos 6,78 puntos, y que es la sexta provincia española, incluidas las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, con peor tasa. Hay que tener en cuenta que España casi duplica la tasa de paro media de Europa ¿Qué importancia tiene esta comparativa? No
hace falta ser economista para que darnos cuenta de que Granada sigue lastrada en materia laboral por un volumen de desempleo más que considerable, que tiene carácter estructural en muchos sectores y que va a ser muy difícil que baje de forma apreciable en este ejercicio de 2023, pues las previsiones de crecimiento económico que apuntan expertos, tanto desde el ámbito público como del privado, no son optimistas.

Bastante se lograría con evitar la recesión y lograr un aumento del Producto Interior Bruto, por pequeño que éste fuese.
Vista toda esta ensalada de cifras, podemos ver el vaso medio lleno si tomamos en consideración el volumen total de trabajadores en activo registrados en el pasado año, así como el hecho cierto de que la caída de la temporalidad de sus contratos y de la ocupación a tiempo parcial son ciertamente beneficiosos para la estabilidad del mercado. Muchas empresas han resistido todas las dificultades antes mencionadas y han podido con ello mantener sus plantillas o minimizar los ajustes en las mismas, algo que es de
justicia reconocer en una tribuna de opinión como ésta. Por el contrario, si vemos el vaso medio vacío, debemos ser exigentes en el análisis: Granada sigue en el furgón de cola -y me pierdo ya en el número de años que ocupa en tal posición- también en este indicador económico. Ahora que tenemos un proceso electoral a la vista, conviene recordar a los partidos en liza que la carencia de trabajo es para miles de hogares granadinos el principal problema al que se enfrentan y que muchos trabajadores en paro con
menos de 30 años y con más de 50 ven pasar las semanas, los meses… sin encontrar una puerta abierta a su futuro laboral. Las empresas deben hacer más por corregir esta situación, pero a su vez han de recibir más apoyo público y tener menor carga fiscal para que puedan salir adelante e incluso acometer nuevos proyectos. Granada está obligada a revertir una situación en su mercado laboral, que al margen del repunte moderado que registró el pasado año, no tiene pase a poco que seamos objetivos en la comparación con otros territorios de nuestro país. Y este es un objetivo que ha de implicar un esfuerzo conjunto de todas las administraciones y del mundo empresarial. De lo contrario seguiremos como estamos otro buen número de años.

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