Poco antes del cambio de siglo, Michael Mann estrenó El dilema, donde el periodista Lowell Bergman entrevistó para su programa de la televisión estadounidense al científico y directivo de la tabacalera Brown & Williamson, en el que revelaría la estrategia de su compañía para añadir sustancias adictivas en los cigarrillos.
La película muestra el enfrentamiento en el enfrentamiento que Bergman, al que da vida Al Pacino, tuvo que librar con su medio antes de emitir la entrevista, debido a los intereses de la propia tabacaleras, y también fue puesto como ejemplo por Ana de Gracia en la segunda gala de premios de la Asociación de Periodistas de Granada (APG), celebrada este miércoles 7 de febrero, como ejemplo de la necesidad de que la prensa revele la verdad, para lo cual se necesitan periodistas comprometidos con su oficio y con esa misma verdad.
Cuatro de esos periodistas, y dos medios, fueron reconocidos en esta edición, que volvió a celebrarse en el Auditorio de Caja Rural y que premió a profesionales que sienten amor por el llamado cuarto poder, como reconoció durante su discurso final el presidente de la asociación, Andrés Cárdenas.
El periódico Granada Hoy, que hace poco celebró su vigésimo aniversario, fue el encargado de abrir la entrega de premios al recibir una mención honorífica. Lo recogió su directora, Lola Quero, quien agradeció a la APG este reconocimiento y no se olvidó del equipo humano que hace posible sacar día a día un periódico en papel y hacerlo, además, durante dos décadas.
Tras ella subió al escenario Juan Prieto, director de Granada Digital, para recoger la segunda mención honorífica de la noche, también por los veinte años de vida de este medio. Prieto se mostró convencido del papel reivindicativo que debe tener la prensa y exigió a la profesión sacar pecho de ese papel fundamental que tiene en la sociedad.
Vito Epíscopo, en representación del Ayuntamiento de la ciudad, fue el siguiente en tomar la palabra. Tras dar la enhorabuena a los premiados, continuó el hilo reivindicativo que unió toda la gala y destacó la «labor indispensable» de la profesión, siempre tratando de contar la realidad tal y como es, cueste lo que cueste.
María Andrade, una rebelde con causa en palabras de De Gracia, fue la siguiente premiada de la noche. Para ella fue el Premio El Defensor de Granada, con el que la APG ha querido reconocer su predisposición a «estar siempre dispuesta a tener el balcón abierto para recibir el aire fresco del periodismo que practica», como afirmaría poco después Andrés Cárdenas.
Ya sobre el escenario, Andrade aseguró que es hermoso que te premien tus compañeros de profesión y ella se acordó de los suyos, de los que hacen posible El Independiente de Granada, pero también de su madre, que falleció hace un año y a la que dedicó el premio.
Tras ella fue el turno, de nuevo, de los discursos oficiales, en este caso de Marta Nievas, en representación de la Diputación de Granada, quien volvió a dar la enhorabuena a los premiados y los animó, a ellos y al resto de profesionales, a seguir ejerciendo su labor, fundamental para la sociedad.
Pasadas ya las 20:30 horas, la gala superaba su ecuador y llegaba uno de los momentos más emotivos de la noche, el Premio Luis Seco de Lucena a Antonio Ramos, a título póstumo, por su lucha «en una guerra no declarada», la de la identidad andaluza. Fue su hija Ana la que, entre lágrimas, recogió el galardón, que este año ha sido concedido ex aequo junto a Juan Ferreras, fotoperiodista de Efe, entre otros medios, quien también se acordó de Ramos durante su discurso de agradecimiento, al que calificó como su padrino en la profesión, porque como él dijo «Juan Ferreras no soy yo, son una multitud de personas que me han ayudado a lo largo de los años».
En su discurso, algo extenso como él mismo reconoció, entre risas, no faltaron proclamas al compañerismo entre camaradas, una idea que también expresó Antonio Granados, delegado de la Junta en Andalucía, cuando tomó la palabra. El político reconoció la labor de la APG pues, para él, es fundamental «la defensa del compañero», de ahí la necesidad de estar unidos en asociaciones profesionales, aseguró.
Lanzó un mensaje fuera de ideologías el representante del Gobierno andaluz, asegurando que «te puede gustar más o menos lo que diga un periodista, puedes estar más de acuerdo o menos, pero la libertad para que lo diga es algo fundamental», poniendo como ejemplo a la presentadora, Ana de Gracia, ganadora el pasado año por su reportaje Operación Trizub en Onda Cero, sobre la Guerra de Ucrania.
Tras él fue el turno de José Antonio Montilla, subdelegado del Gobierno en Granada y que reconoció querer ser periodista desde pequeño, aunque su familia le recomendó dedicarse al Derecho, «que tenía más salidas», aunque nunca ha dejado de escribir.
Comparó el político su profesión con la del periodista, asegurando que ambos comparten el mismo objetivo, el de trasladar a la ciudadanía «información veraz», de ahí que prometiese que durante su etapa en el cargo iba a mantener una buena relación con los medios de comunicación de la provincia.
Quedaba ya solo un premio, el Constantino Ruiz Carnero a la Libertad de Expresión, que este año ha recaído en Raquel Rendón por creer «que al lector nunca se le puede usurpar una información, a pesar de lo que digan los jueces» en referencia a la condenada por la Audiencia de Huelva el pasado mes de julio a dos años de prisión por revelación de secretos en sus informaciones judiciales publicadas en el diario Huelva Información.
Rendón se mostró tajante al recoger el premio y afirmó que había sido condenada por hacer su trabajo «ni más ni menos» y aseguró que, tras varios varapalos ocurridos tras la sentencia, había conseguido levantarse y seguir adelante, aunque su camino ahora se encontrase lejos de la prensa.
La periodista onubense reconoció también que había visto infinidad de veces mientras trabajaba en la sección de Tribunales, «a la justicia ser injusta», pero nunca esperaba vivirlo en sus propias carnes y temió que la resolución final del TSJA (con sede en Granada) le fuera favorable, ya que de lo contrario podría sentar «un peligroso precedente».
Con este se cerró la entrega de premios, a la que puso colofón el propio Andrés Cárdenas, con un discurso en el que, con su habitual humor, se acordó de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas cuya onomástica se celebró recientemente.
«Si viviera hoy San Francisco de Sales, tendría grandes preocupaciones, como los periodistas de hoy, ya que sus pasquines no se los escribirían los ángeles, sino la Inteligencia Artificial», dijo Cárdenas queriendo abordar uno de los desafíos que atraviesa el sector, en el que, pese a todo, quiso ver una oportunidad, pues «nadie debe cambiar periodistas por modelos de inteligencia artificial para mejorar el producto, si acaso para optimizar la producción», aseguró el presidente de la asociación añadiendo que «el negocio está en crisis, pero el periodismo puede vivir una era dorada, impulsada por nuevas herramientas digitales, nuevas fuentes de datos, nuevos métodos de verificación».
Por último, el presidente de la APG, dirigiéndose a los cargos públicos presentes, para pedir que la histórica imprenta de Ideal, no acabe en el desguace, como ocurrió con la del desaparecido diario Patria y se le dé una ubicación adecuada para que sea recordada por todos los granadinos.